De izq.a der. el segundo Fernando Soto y Juan Carlos Gasques
EL PAITITI
Cuando Francisco Pizarro y sus socios tomaron prisionero al Inca Atahualpa en la ciudad de Cajamarca, en noviembre de 1532, dieron por iniciado el fin de un ciclo político cultural de casi noventa y cinco años de duración conocido como el Tahuantinsuyu o Imperio de los Incas.
A la sorpresa y admiración, experimentada por los aventureros españoles, le siguió el despojo y el botín. Cusco fue repartido; el Qoricancha (Templo del Sol), desmantelado; las productivas y bien labradas tierras, expropiadas; la religión aborigen, perseguida; y toda una sociedad, obligada a trabajos forzosos sin recibir a cambio absolutamente nada. La vieja reciprocidad andina dejó de funcionar. Todo el mundo se desestructuró y cambió. Nada era igual a lo que fuera antes. Se empezaba a escribir una nueva historia: la de los europeos.
El Paititi habría existido, en realidad, como un vasto reyno (sic) que agrupaba a los pueblos que habitaban las grandes cuencas del Amaru Mayo o Madre de Dios y del Beni. [...] Según Garcilaso, los incas trataron de conquistar al Paititi o Reyno de los Musus (o Mojos). [...] El Antisuyu habría sido, pues, una región de fronteras de expansión y retracción variables donde se aglutinaban [...]los pueblos y las culturas del Imperio de los Incas y del Reyno del Paititi. En la vertiente oriental de la cordillera de Paucartambo, el proceso de colonización mezclada había dejado como huella, numerosas poblaciones, caminos y otros vestigios, ubicados en las cumbres, narigadas y laderas de los contrafuertes que descienden a la selva y que la tradición conservó en nombres como Apu-Catinti, Callanga, Mameria, Yungary, Pantiacolla y Huchuy Catinti. Erróneamente, en la actualidad, a todas ellas se les denomina genéricamente como Paititi, queriendo significar con ello, no una concentración determinada de ruinas, sino más bien restos arqueológicos (de una ciudad) ocultos por la selva que cubre esa intrincada franja territorial"9.
Por su parte, el escéptico Víctor Angles deja abierta la posibilidad de que efectivamente el Paititi haya podido ser una cultura amazónica.
EL PAITITI
Cuando Francisco Pizarro y sus socios tomaron prisionero al Inca Atahualpa en la ciudad de Cajamarca, en noviembre de 1532, dieron por iniciado el fin de un ciclo político cultural de casi noventa y cinco años de duración conocido como el Tahuantinsuyu o Imperio de los Incas.
A la sorpresa y admiración, experimentada por los aventureros españoles, le siguió el despojo y el botín. Cusco fue repartido; el Qoricancha (Templo del Sol), desmantelado; las productivas y bien labradas tierras, expropiadas; la religión aborigen, perseguida; y toda una sociedad, obligada a trabajos forzosos sin recibir a cambio absolutamente nada. La vieja reciprocidad andina dejó de funcionar. Todo el mundo se desestructuró y cambió. Nada era igual a lo que fuera antes. Se empezaba a escribir una nueva historia: la de los europeos.
El Paititi habría existido, en realidad, como un vasto reyno (sic) que agrupaba a los pueblos que habitaban las grandes cuencas del Amaru Mayo o Madre de Dios y del Beni. [...] Según Garcilaso, los incas trataron de conquistar al Paititi o Reyno de los Musus (o Mojos). [...] El Antisuyu habría sido, pues, una región de fronteras de expansión y retracción variables donde se aglutinaban [...]los pueblos y las culturas del Imperio de los Incas y del Reyno del Paititi. En la vertiente oriental de la cordillera de Paucartambo, el proceso de colonización mezclada había dejado como huella, numerosas poblaciones, caminos y otros vestigios, ubicados en las cumbres, narigadas y laderas de los contrafuertes que descienden a la selva y que la tradición conservó en nombres como Apu-Catinti, Callanga, Mameria, Yungary, Pantiacolla y Huchuy Catinti. Erróneamente, en la actualidad, a todas ellas se les denomina genéricamente como Paititi, queriendo significar con ello, no una concentración determinada de ruinas, sino más bien restos arqueológicos (de una ciudad) ocultos por la selva que cubre esa intrincada franja territorial"9.
Por su parte, el escéptico Víctor Angles deja abierta la posibilidad de que efectivamente el Paititi haya podido ser una cultura amazónica.
Pero también están los otros, aquellos que arrastrados por un excesivo espíritu de resistencia, siguen afirmando que el Paititi no es una ciudad muerta, sino un centro urbano que todavía congrega a una importante comunidad de incas vivientes que, protegidos por la selva, han podido resguardar sus costumbres, rituales y creencias de un modo intacto.
Fernando Soto Roland
Juan Carlos Gasques
Expedicion Vilcabamba 98
Expedicion Amarumayo(Rio de la Serpiente)2000
Juan Carlos Gasques,
es un amigo al que conocí de manera misteriosa , me para por la calle y me pregunta la dirección de mi casa. No cabe duda que como explorador tiene una intuición formidable!!.
Fernando Soto Roland
Juan Carlos Gasques
Expedicion Vilcabamba 98
Expedicion Amarumayo(Rio de la Serpiente)2000
Juan Carlos Gasques,
es un amigo al que conocí de manera misteriosa , me para por la calle y me pregunta la dirección de mi casa. No cabe duda que como explorador tiene una intuición formidable!!.
Juan es Profesor de Geografía del Colegio Arturo Illia de la Universidad de Mar del Plata y ese dia (ya hace 10 años ) me buscaba para que diera una charla a sus alumnos que estaban en Mar chiquita de campamento educativo.
Asi nos conocimos y seguimos en contacto cada vez que visita este sitio para continuar esta tarea de educar para conservar.
Como es humilde como todo gran poseedor del conocimiento , lo entrega para iluminar a otros , pero como no habla de él (otro signo de grandeza) me tomo la obligación de difundir un breve relato introductorio.
Cuando el proyecto nació, una tarde de septiembre de 1997, no suponíamos el trabajo arduo en el que nos embarcábamos, ni tuvimos en cuenta los sinsabores y alegrías que viviríamos a lo largo de los nueve meses de preparación. Estábamos organizando la realización de un sueño muy poco común en estas latitudes: salir tras los pasos de los últimos incas y alcanzar las ruinas de la semiperdida ciudad de Vilcabamba "La Vieja", a la que muy pocos habían llegado en los últimos años. Desde el principio el proyecto interesó y gracias al apoyo de instituciones de la ciudad de Mar del Plata, y a la paciencia de nuestros seres queridos, pudimos, finalmente, internarnos en las selvas orientales del Perú y vivir, en carne propia, una de las experiencias más fuertes y enriquecedoras de nuestras vidas.
Queríamos llegar a la última capital de la resistencia incaica, y lo hicimos. Pretendíamos seguir las rutas de penetración a la selva, inauguradas por incas y españoles en el siglo XVI, y también lo hicimos. Nos propusimos recopilar testimonios orales sobre leyendas y mitos locales, que de alguna manera reflejaran el sentimiento de resistencia de la región, y los registramos. Buscábamos reeditar el espíritu de exploración, y lo encontramos. (Soto y Gasques ,citados textualmente)
Estas crónicas de viaje resumen un trabajo de preparación y exploración poco conocida de personas que unen de manera natural el Romanticismo la Ciencia y la Aventura . Para conocer en profundidad esta historia :
Expedición Vilcabamba - Romanticismo, ciencia y aventura ...
En lo que respecta a mí ,solo puedo agregar que es admirable su trabajo como profesor y su manejo de grupo
(no se escuchan celulares prendidos en el alumnado tampoco mp3 ni desdén en el cuidado del ambiente a la hora de trabajo de campo y la gentileza en su orden es una constante). Así que Juan es un placer trabajar con vos y un honor guiar a un explorador pleno de humildad y sabiduría.
En lo que respecta a mí ,solo puedo agregar que es admirable su trabajo como profesor y su manejo de grupo
(no se escuchan celulares prendidos en el alumnado tampoco mp3 ni desdén en el cuidado del ambiente a la hora de trabajo de campo y la gentileza en su orden es una constante). Así que Juan es un placer trabajar con vos y un honor guiar a un explorador pleno de humildad y sabiduría.
Juan y yo camino a la Luisa en la Reserva Natural Mar Chiquita
Explorador , espíritu inquieto,
buscador de la quinta esencia de tu alma
(Anónimo)